Zedillo y el ejercito Mexicano autorizan a poyos a paramilitares
Informe
de la Agencia de Inteligencia de Defensa menciona la participación del Ejército
CSG y
Zedillo autorizaron apoyo a paramilitares en Chiapas, dice EU
Estos
grupos armados eran supervisados por la inteligencia militar mexicana durante
las fechas en que se perpetró la matanza de Acteal
El
Archivo Nacional de Seguridad presentó los documentos:
Deudos de
víctimas de ActealFoto Moysés Zúñiga Santiago/Archivo
David
Brooks
Corresponsal
Periódico
La Jornada
Viernes 21 de agosto de 2009, p. 3
Viernes 21 de agosto de 2009, p. 3
Nueva
York, 20 de agosto. La Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos
informó sobre el apoyo directo del Ejército Mexicano a paramilitares en
Chiapas, que se brindaba desde mediados de 1994, con autorización del entonces
presidente Carlos Salinas, como parte de la estrategia contrainsurgente contra
las bases zapatistas, y señala que estas agrupaciones armadas estaban bajo la
supervisión de la inteligencia militar mexicana durante las fechas en que se
perpetró la matanza en Acteal, ya con Ernesto Zedillo como titular del
Ejecutivo. Lo anterior está plasmado en documentos oficiales estadunidenses
recién desclasificados y presentados hoy por la organización denominada
National Security Archive (Archivo Nacional de Seguridad).
Un cable
enviado por la agregaduría de Defensa de Estados Unidos en México a la jefatura
de la Agencia de Inteligencia de Defensa, (DIA, por sus siglas en inglés),
instancia del Pentágono, fechado el 4 de mayo de 1999, informa que para
mediados de 1994, el Ejército Mexicano contaba con autorización presidencial
para instituir equipos militares encargados de promover grupos armados en las
áreas conflictivas de Chiapas. El intento fue asistir a personal indígena local
en resistir al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Además, durante
la masacre de Acteal de 1997, oficiales de inteligencia del Ejército estaban
involucrados en supervisar a los grupos armados en los Altos de Chiapas.
Al
describir el apoyo directo del Ejército Mexicano a grupos indígenas armados en
la zona de Chiapas donde se ubica Acteal, el cable informa sobre una red
clandestina de equipos de inteligencia humana (agentes de inteligencia)
formados por el Ejército a mediados de 1994, con la autorización del entonces
presidente Carlos Salinas de Gortari. Estos equipos tenían la tarea de
infiltrar comunidades indígenas para lograr obtener información sobre
simpatizantes zapatistas.
Fueron
estos equipos, agrega, quienes promovieron grupos armados antizapatistas –esto
es, paramilitares–, otorgando tanto capacitación como protección frente a las
autoridades de seguridad pública y unidades castrenses en la región. El cable
informa que estas actividades ya se realizaban desde diciembre de 1997, cuando
ocurrió la matanza de Acteal.
Lo más
importante sobre los documentos de la DIA es que contradicen directamente la
historia oficial sobre la matanza relatada por el gobierno del entonces
presidente Ernesto Zedillo, afirma Kate Doyle, directora del Proyecto México
del National Security Archive, en su presentación de los documentos que su
organización obtuvo bajo las leyes de libertad de información y difundidos en
su sitio de Internet. Doyle recuerda que el informe del procurador general de
la República, Jorge Madrazo, en 1998, afirmaba que la PGR había documentado la
existencia de grupos civiles armados en Chenalhó, no organizados, articulados,
entrenados ni financiados por el Ejército Mexicano ni por otras instancias
gubernamentales, sino que su gestación y organización responde a una lógica
interna determinada por la confrontación entre las comunidades y dentro de las
comunidades, con las bases de apoyo zapatista.
El cable
de la DIA también ofrece detalles nunca antes conocidos sobre el funcionamiento
de los equipos de inteligencia humana del Ejército Mexicano en otorgar este
apoyo. El cable describe que estos equipos eran compuestos primordialmente por
oficiales jóvenes con rango de capitán segundo y primero, así como por algunos
sargentos selectos que hablaban los dialectos de la región.
El
informe enviado a la sede de la DIA agrega que los equipos de inteligencia
humana estaban compuestos por entre tres y cuatro personas, a quienes se les
asignaba cubrir comunidades por un periodo de tres o cuatro meses. Después de
tres meses, los oficiales pertenecientes a los equipos eran rotados a una
comunidad diferente en Chiapas. La preocupación por la seguridad de los equipos
era la razón más importante para la rotación de éstos cada tres meses.
Para
Doyle, estos documentos llevan a la conclusión de que la lógica de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) era “una estrategia de
contrainsurgencia cuidadosamente planeada que combinó programas de acción
cívica –frecuentemente anunciados por la Secretaría de Defensa en declaraciones
a la prensa– con operaciones de inteligencia secreta diseñadas para fortalecer
a los paramilitares y provocar el conflicto en contra de los partidarios del
EZLN”.
Doyle
critica la falta de acceso y disposición del gobierno mexicano a toda la
documentación sobre Acteal. Hasta que la administración actual decida honrar su
obligación de informar a sus ciudadanos sobre la verdad de la masacre de 1997,
el clamor del pueblo por los hechos permanecerá perdido en los archivos
improcedentes. Y a nosotros sólo nos queda recurrir a Estados Unidos en busca
de información sobre el
Ejército Mexicano y Acteal.
Despliegue
de tropas
En el
segundo de los dos documentos desclasificados y presentados por el National
Security Archive, se trasmite información sobre el despliegue de 5 mil
elementos de tropa por parte del gobierno de Zedillo –para reforzar a los 30
mil desplegados permanentemente en Chiapas, o lo que es llamada zona de
conflicto– inmediatamente después de la masacre de 45 indígenas tzotziles en
Acteal, el 22 de diciembre de 1997.
Citando a
fuentes abiertas, esto es, a medios de comunicación, como también secretas, la
oficina del agregado de Defensa de Estados Unidos en México informa a la DIA en
el cable fechado 31 diciembre de 1997, que unas 2 mil tropas, más otras
fuerzas, fueron desplegadas en la zona de Chenalhó para ofrecer ley y orden en
la región, así como también tareas sociales a comunidades indígenas, en
particular a las comunidades desplazadas por el grupo MIRA. Indica que
integrantes de esa agrupación paramilitar han gobernado la zona por amenazas y
violencia en la región de Chenalhó. A la vez, se informa que otras unidades
fueron puestas en alerta para asistir en el evento de una sublevación.
Entre las
fuentes abiertas citadas por el documento, incluidas algunas publicaciones, se
menciona a La Jornada, a la cual se refiere como un periódico
considerado como bien escrito, inclinado hacia la izquierda, con buena
cobertura noticiosa.
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